La termografía aérea es una de las aplicaciones más potentes para los drones profesionales.
Una de las aplicaciones más potentes para los drones profesionales es, sin duda, la posibilidad de realizar termografías aéreas. Esta aplicación requiere amplios conocimientos de la técnica y un equipo muy específico:
- Dron capaz de portar una cámara infrarroja.
- Cámara termográfica para drones.
- Gimbal para cámara.
- Software específico para el análisis de las imágenes termográficas obtenidas.
Aunque ya existen drones con cámaras termográficas integradas, aun no llegan a las prestaciones que nos ofrecen otras cámaras diseñadas para realizar trabajos profesionales. Por ejemplo, el Dji Mavic 2 Enterprise tiene una versión con cámara infrarroja integrada, pero con una resolución que podría no ser suficiente para ciertos trabajos.
La adquisición de una de estas cámaras suele ser una de las inversiones más costosas para los servicios con drones. Por eso, a la hora de elegir una cámara termográfica tenemos que asegurarnos que cumple con nuestros requisitos de uso:
Resolución termográfica:
A mayor resolución de nuestro sensor tendremos mayor detalle de las imágenes termográficas obtenidas. Esto nos permite poder calcular la temperatura de objetos más pequeños a partir de las imágenes termográficas obtenidas. Una mayor resolución también realizar vuelos sin tener que acercarnos en exceso al objeto. En la actualidad, las cámaras más avanzadas llegan a resoluciones de 640×512 pixeles. Además, si pretendemos generar cartografía térmica es necesario que la resolución sea lo más alta posible.
Cámaras radiométricas:
Cámara radiométrica: para una resolución de 640×512, tendremos 327.680 puntos de temperatura.
Radiométrica o no radiométrica: Las cámaras térmicas radiométricas (inspecciones cuantitativas) nos ofrecen información de la radiación infrarroja captada en todos los pixeles del sensor. Esta información podemos traducirla a temperatura, por lo que en cada imagen tenemos tantos puntos de temperatura como pixeles tengan nuestro sensor. Por ejemplo, para una resolución de 640×512, tendremos 327.680 puntos de temperatura.
En cambio, las cámaras que no son radiométricas (inspecciones cualitativas) simplemente nos muestras la variación de radiación infrarroja en cada punto de una imagen, sin guardar la información de la radiación en cada pixel. Estas cámaras pueden tener la capacidad de medir temperatura en un punto en el centro de la cámara.
Lentes en cámaras termográficas:
La elección de la lente en una cámara infrarroja es fundamental, dependiendo del tipo de trabajo que realicemos. Esta característica nos indica el campo visual que abarca la cámara. Entre menor sea esta medida, dada en milímetros, el capo de visión será mayor, pero lo objetos se verán más lejanos, y viceversa. Por ejemplo, si el uso que se le dará a esta cámara es de vigilancia y rescate, necesitaremos mayor campo visual, una lente de 9mm podría ser muy útil. Si, por el contrario, lo que hacemos son inspecciones con drones a torres eléctricas, necesitamos ver el objeto más cercano, una lente de 19mm podría ser adecuada.
Con esta característica y la resolución del sensor calculamos variables muy importantes a la hora de realizar los trabajos. Siempre en función de la altura a la que volemos o la distancia del objeto:
- GSD: Es la distancia entre dos centros de píxeles consecutivos medidos en el suelo (Ground Sampling Distance) .
- FOV: Campo de visión. (Field of vision).
- IFOV: Se refiere al objeto más pequeño que nuestro sensor puede detectar. (Instanteneous Field of Vision).
- IFOVmeans: Es el objeto más pequeño del cual podemos calcular su temperatura. (Measured Instanteneous Field of Vision).
Rango de temperatura:
Es necesario que el rango de temperaturas que es que es capaz de medir nuestra cámara abarque las temperaturas de los objetos que queremos inspeccionar. Por ejemplo, la cámara Zenmuse XT2 tiene un rango de temperatura de -40° hasta 550℃.
Rango de temperatura de la radiación infrarroja
La longitud de onda de la radiación infrarroja térmica va desde los 8 hasta los 14 micrómetros, es importante que la cámara seleccionada tenga la capacidad de “ver” la mayor parte posible de ese rango longitud de onda.
Sensibilidad térmica (NETD):
Esto son indica la capacidad del sensor para detectar cambios de radiación infrarroja, que después traduciremos a temperatura. Este dato suele venir en dado en [mk]. Cuanto menor es el valor, mejor será la cámara.
Precio de las cámaras termográficas:
Es necesario tener en cuenta que el precio de estos equipos, sin contar con el dron donde la instalaremos, comienza en varios miles de euros.
En definitiva, antes de adquirir una cámara para trabajos termográficos es necesario analizar los usos que le daremos y las prestaciones que ofrece. Si no tenemos en cuenta alguno de los factores enumerados anteriormente, es posible no nos permita realizar los trabajos de una manera adecuada o con una calidad suficiente.
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