Con el paso del tiempo, cada vez estará más normalizado el uso de drones en el ámbito profesional, ya que de forma exponencial se están diversificando sus aplicaciones y aumentando las posibilidades técnicas en numerosos sectores.

A pesar de sus grandes ventajas, ya que los drones facilitan notablemente el trabajo a realizar y aumentan la precisión del mismo, aún existen muchas dificultades y hay que asumir riesgos para dedicarse profesionalmente y de manera exclusiva a esta profesión. Algunos ejemplos de las trabas que nos podemos encontrar como profesionales de los drones para el desempeño de nuestras funciones son las siguientes:

  • Limitaciones para volar: Hoy en día existen ciertas restricciones para volar con drones en toda la geografía nacional. Es lógico que sea así, un dron ocupa un espacio aéreo y por eso debe obedecer unas normas comunes para los usuarios de este espacio. El problema está en que el plazo para conseguir permisos de vuelo en ciertas zonas es demasiado largo, lo que supone, en muchas ocasiones perder trabajos o hacerlos inviables. Esto ocurre aunque se pueda justificar con trabajos contratados con drones profesionales, y se presente un plan de vuelo adecuado.

Las inversiones para comenzar a realizar trabajos con dron son elevadas

  • Precio de los equipos: Las inversiones para comenzar a realizar trabajos con drones son elevadas. Por ejemplo, un dron de inspección, equipado con varias cámaras, fácilmente puede superar los 20.000 euros. A esto hay que sumarle, accesorios, equipos auxiliares, seguros, etc.
  • Competencia: Esta claro que la competencia puede aportar grandes ventajas, pero si no es justa puede ser muy dañina para el sector. Todos los que nos dedicamos profesionalmente a trabajar con drones, y lo hacemos de forma completamente legal, hemos perdido trabajos por no considerarlo viables legalmente o inseguros. El problema llega cuando el trabajo que rechazamos lo hace otra empresa sin respetar la legislación y comprometiendo la seguridad, incluso realizando vuelos con drones sin ningún tipo de conocimiento. Además, exponen a los clientes a importantes sanciones.
  • Falta de profesionalidad: Este punto está relacionado con el anterior. Al ser un sector que está creciendo rápidamente, muchas personas han comenzado a realizar trabajos sin experiencia previa y sin conocer los sectores donde están prestando los servicios, o los permisos necesarios para realizar los vuelos con drones. Además, sin formarse adecuadamente para realizar cada trabajo. Por ejemplo, profesionales que ofrecen inspecciones con dron sobre aerogeneradores sin conocerlos.

Aún hay desconocimiento de las verdaderas aplicaciones y posibilidades que aportan los drones como herramientas profesionales

  • Desconocimiento: Aún hay desconocimiento de las verdaderas aplicaciones y posibilidades que aportan los drones como herramientas profesionales. Muchas de las empresas todavía se sorprenden cuando se les explican las posibilidades que tienen estos equipos, que van mucho más allá de las tomas de imágenes, planos aéreos y de las inspecciones. Sobre todo, si se habla de fotogrametría con drones, termografía aérea, agricultura de presión, y otras técnicas avanzadas.
  • Mala reputación: En muchos casos los drones arrastran la calificación de juguetes, de peligrosos, de invasión de privacidad, etc. Esto, en parte, es culpa del uso incorrecto que se le da a estos equipos en muchas ocasiones y de la falta de visibilidad de los verdaderos operadores de drones profesionales.

¿Conoces alguna desventaja más? Siéntete libre de dejar tu opinión en los comentarios.

R-Drone Ingeniería Aérea está autorizado por Aesa para realizar trabajos profesionales con drones.